Huajicori, Pueblo tradicional
jueves, 13 de diciembre de 2018
domingo, 24 de enero de 2016
Novenario de Nuestra Señora de los Remedios, Virgen de la Candelaria o para todos la Virgen de Huajicori
A partir de hoy y durante el novenario este vestido usará Nuestra Señora de los Remedios, la Virgen de la Candelaria, nuestra Virgen de Huajicori, vestido donado por el Sr. Gustavo García Ortíz, originario del Estado de Michoacán.
lunes, 4 de enero de 2016
Rito tridentino
LA MISA EN RITO TRIDENTINO
En el mes de septiembre se podrá utilizar, como forma extraordinaria de la Misa, el antiguo rito tridentino según el Misal de Juan XXIII de 1962. El Motu Propio “Summorum Pontificum” de Benedicto XVI levanta las restricciones impuestas por la reforma litúrgica de Pablo VI en 1970 al uso de la liturgia anterior, promulgada por san Pío V en 1570 siguiendo las indicaciones del Concilio de Trento frente al protestantismo. Vamos en este artículo a analizar las diferencias de ese rito con el rito del Vaticano II.
A modo de introducción en primer lugar hay que aclarar que la Misa es y ha sido siempre la misma: celebración del misterio de nuestra salvación, sacrificio redentor que vuelve a suceder. Lo único que ha ido variando a lo largo de la historia han sido los ritos, la forma de celebrarla. No obstante lo anterior no excluye que el rito de Trento (así lo llamaremos por ser el que el Misal de san Pío V normalizó en 1570) ponga más hincapié en la Misa como oblación y sacrificio divino y el rito del Vaticano II añada e introduzca la idea de la Misa comoasamblea y reunión del pueblo de Dios.
Como caracteres generales podemos señalar algunas peculiaridades. En primer lugar existen diferencias terminológicas entre ambos ritos: lo que actualmente son los ritos iniciales y la Liturgia de la Palabra se llama en el rito tridentino Misa de los Catecúmenos o Antemisa, porque a esa parte de la Misa podían asistir los que se preparaban para el Bautismo (catecúmenos). La Liturgia Eucarística y los ritos finales se conocen en el anterior rito como Misa de los Fieles y la asistencia a esta parte estaba restringida a los bautizados. Este rito tiene una única Plegaria eucarística, la llamada Canon romano, hoy quizás más conocida como Plegaria Eucarística I.
Otra peculiaridad se refiere al uso exclusivo del latín, ya que ese Misal no tenía traducción vernácula. La posición del sacerdote también varía respecto a la actual: la mayor parte del tiempo está de espaldas al pueblo, aunque los saludos y las lecturas se hacen cara al pueblo. Esa postura venía motivada porque el Altar quedaba adosado al retablo, como aún puede verse en numerosos templos y capillas aunque las exigencias de la reforma litúrgica haya originado la aparición de altares exentos, en el centro del presbiterio. El sacerdote, al oficiar, miraba hacia el oriente, como litúrgicamente estaba orientada la cabecera del templo. El hecho de dar la espalda al pueblo no hay que interpretarlo como desprecio ni nada perecido sino en el sentido de que el sacerdote oficiaba junto con el pueblo.
Asimismo, en el rito tridentino son muy numerosas las oraciones que el sacerdote lee en secreto y las rúbricas (la palabra viene de rojo y son instrucciones escritas en ese color que indican los gestos y posturas que se deben adoptar en cada momento), así como mayor abundancia de genuflexiones.
Siempre, incluidos domingos y solemnidades, se hacen dos lecturas:Epístola y Evangelio, que se leen en sitios diferentes del presbiterio. La Epístola se leía a la derecha del Altar y el Evangelio a la izquierda del Altar. Obviamente, para el pueblo que presencia la Misa los sitios quedan a la inversa de los citados. Característico también de este rito es el Evangelio final, que se leía siempre al acabar la Misa y consistía en el principio del Evangelio de san Juan, salvo que se señalase otro en el calendario litúrgico.
A modo de introducción en primer lugar hay que aclarar que la Misa es y ha sido siempre la misma: celebración del misterio de nuestra salvación, sacrificio redentor que vuelve a suceder. Lo único que ha ido variando a lo largo de la historia han sido los ritos, la forma de celebrarla. No obstante lo anterior no excluye que el rito de Trento (así lo llamaremos por ser el que el Misal de san Pío V normalizó en 1570) ponga más hincapié en la Misa como oblación y sacrificio divino y el rito del Vaticano II añada e introduzca la idea de la Misa comoasamblea y reunión del pueblo de Dios.
Como caracteres generales podemos señalar algunas peculiaridades. En primer lugar existen diferencias terminológicas entre ambos ritos: lo que actualmente son los ritos iniciales y la Liturgia de la Palabra se llama en el rito tridentino Misa de los Catecúmenos o Antemisa, porque a esa parte de la Misa podían asistir los que se preparaban para el Bautismo (catecúmenos). La Liturgia Eucarística y los ritos finales se conocen en el anterior rito como Misa de los Fieles y la asistencia a esta parte estaba restringida a los bautizados. Este rito tiene una única Plegaria eucarística, la llamada Canon romano, hoy quizás más conocida como Plegaria Eucarística I.
Otra peculiaridad se refiere al uso exclusivo del latín, ya que ese Misal no tenía traducción vernácula. La posición del sacerdote también varía respecto a la actual: la mayor parte del tiempo está de espaldas al pueblo, aunque los saludos y las lecturas se hacen cara al pueblo. Esa postura venía motivada porque el Altar quedaba adosado al retablo, como aún puede verse en numerosos templos y capillas aunque las exigencias de la reforma litúrgica haya originado la aparición de altares exentos, en el centro del presbiterio. El sacerdote, al oficiar, miraba hacia el oriente, como litúrgicamente estaba orientada la cabecera del templo. El hecho de dar la espalda al pueblo no hay que interpretarlo como desprecio ni nada perecido sino en el sentido de que el sacerdote oficiaba junto con el pueblo.
Asimismo, en el rito tridentino son muy numerosas las oraciones que el sacerdote lee en secreto y las rúbricas (la palabra viene de rojo y son instrucciones escritas en ese color que indican los gestos y posturas que se deben adoptar en cada momento), así como mayor abundancia de genuflexiones.
Siempre, incluidos domingos y solemnidades, se hacen dos lecturas:Epístola y Evangelio, que se leen en sitios diferentes del presbiterio. La Epístola se leía a la derecha del Altar y el Evangelio a la izquierda del Altar. Obviamente, para el pueblo que presencia la Misa los sitios quedan a la inversa de los citados. Característico también de este rito es el Evangelio final, que se leía siempre al acabar la Misa y consistía en el principio del Evangelio de san Juan, salvo que se señalase otro en el calendario litúrgico.
Ritos como el darse la mano en señal de paz o la procesión de las ofrendas no son propios de esta Misa, así como la concelebración, que se limitaba a casos muy concretos.
Misa de los catecúmenos
La Misa tridentina no comenzaba en el Altar, sino en las gradas, con los siguientes ritos: la señal de la cruz, el salmo 42 (Me acercaré al Altar de Dios) y el Confiteor. Entonces se produce la primera subida al Altar, con el Introito, Kiries y Gloria. Acto seguido venía la Colecta, la Epístola, el Gradual, Aleluya o Tracto según los casos y el Evangelio. Los misales tridentinos llevan incorporadas las lecturas o Léctio. De ahí deriva el nombre dado al Leccionario como conjunto de lecturas sagradas que se leen en la Misa, hoy publicado aparte en los distintos tomos separando las lecturas del Misal propiamente dicho. Tras el Sermón y el rezo del Credo, cuando procedía, terminaba la Misa de los Catecúmenos y comenzaba la Misa de los Fieles.
Misa de los fieles
Tiene los siguientes ritos: el ofrecimiento del Pan y el Vino (Ofertorio), el lavabo, la súplica a la Santísima Trinidad, la “secreta” y la Plegaria Eucarística denominada Canon Romano, con el prefacio, Santus y el Te Igitur posterior que daba comienzo al Canon, que finalizaba con la elevación menor y doxología final. Siguen el Pater Noster, la fracción de la Hostia, el Agnus Dei y una oraciones previas a la comunión. Tras la comunión, que se recibía en la boca y arrodillados en el reclinatorio adosado a las verjas que cerraban el presbiterio, se hacen unas oraciones de las abluciones, antífona de poscomunión, el Ite, Misa est y la bendición. La Misa termina con el último Evangelio, ya citado anteriormente.
Jesús Luengo Mena
Misa de los catecúmenos
La Misa tridentina no comenzaba en el Altar, sino en las gradas, con los siguientes ritos: la señal de la cruz, el salmo 42 (Me acercaré al Altar de Dios) y el Confiteor. Entonces se produce la primera subida al Altar, con el Introito, Kiries y Gloria. Acto seguido venía la Colecta, la Epístola, el Gradual, Aleluya o Tracto según los casos y el Evangelio. Los misales tridentinos llevan incorporadas las lecturas o Léctio. De ahí deriva el nombre dado al Leccionario como conjunto de lecturas sagradas que se leen en la Misa, hoy publicado aparte en los distintos tomos separando las lecturas del Misal propiamente dicho. Tras el Sermón y el rezo del Credo, cuando procedía, terminaba la Misa de los Catecúmenos y comenzaba la Misa de los Fieles.
Misa de los fieles
Tiene los siguientes ritos: el ofrecimiento del Pan y el Vino (Ofertorio), el lavabo, la súplica a la Santísima Trinidad, la “secreta” y la Plegaria Eucarística denominada Canon Romano, con el prefacio, Santus y el Te Igitur posterior que daba comienzo al Canon, que finalizaba con la elevación menor y doxología final. Siguen el Pater Noster, la fracción de la Hostia, el Agnus Dei y una oraciones previas a la comunión. Tras la comunión, que se recibía en la boca y arrodillados en el reclinatorio adosado a las verjas que cerraban el presbiterio, se hacen unas oraciones de las abluciones, antífona de poscomunión, el Ite, Misa est y la bendición. La Misa termina con el último Evangelio, ya citado anteriormente.
Jesús Luengo Mena
jueves, 17 de diciembre de 2015
Convento
El término convento (del latín conventus, "asamblea" o "congregación") procede originalmente de la asamblea romana, donde los ciudadanos se reunían para fines administrativos o de justicia. Posteriormente, pasó a utilizarse, fundamentalmente, en un sentido religioso relativo al monasticismo.
Como primera acepción, un convento es un establecimiento religioso, generalmente cristiano, donde los clérigos llevan una vida religiosa en comunidad. A diferencia de los monasterios, los conventos suelen estar en las ciudades, y sus clérigos no viven en clausura sino en contacto con el pueblo.
Se habla más propiamente de convento en lugar de monasterio:
- para el conjunto de los lugares de vida de una comunidad religiosa no monástica, compuesta por clérigos regulares (hombres y mujeres);
- para el establecimiento donde viven los religiosos (frailes o monjas) que pertenecen a las órdenes mendicantes (franciscanos, dominicos, carmelitas, agustinos), aunque también se llama así a la propia congregación.
En este sentido, los conventos se desarrollan especialmente a partir del siglo XIII, época de consolidación de las ciudades, de las universidades y de las órdenes mendicantes. En este contexto, los conventos fueron pensados para servir de lugar de formación, reunión y descanso de religiosos que estaban imbuidos en tareas de predicación y enseñanza en el mundo urbano. Para dichas comunidades, a diferencia de las órdenes monásticas, los conventos no consistían en un fin en si mismos. El fraile no vive para el convento. Este es sólo su punto de congregración.
En América, los conventos fueron claves en el proceso de cristianización de los territorios hispano-lusitanos.
Lo mismo que en una abadía, el convento presenta una organización arquitectónica y social específica, que depende de la orden religiosa que la fundó.
Casi de modo tradicional, el edificio de un convento consta de una capilla o iglesia, las celdas de los religiosos, un comedor o refectorio y una sala de reuniones o sala capitular, todo ello rodeando un patio cerrado, claustro. Además tiene los locales necesarios para los servicios, cocinas, almacenes, etcétera.
A diferencia de la mayoría de los monasterios masculinos y las abadías, los conventos generalmente son espacios urbanos con dimensiones más reducidas que los primeros.
Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Convento
domingo, 8 de noviembre de 2015
lunes, 12 de octubre de 2015
Gobernadores del Estado de Nayarit
PERIODO
|
NOMBRE
|
CARGO
|
1917
|
José María Ferreira
|
Jefe Político
|
1918–1919
|
José Santos
Godínez
|
gobernador
constitucional
|
1919–1920
|
Francisco d.
Santiago
|
Jefe Político
|
1920
|
Fernando s. Ibarra
|
gobernador Interino
|
1920
|
Salvador
Arriola Valdés
|
gobernador Interino
|
1920–1921
|
José Santos
Godínez
|
gobernador
constitucional
|
1921
|
Federico
R. Corona
|
gobernador Interino
|
1921–1925
|
Pascual Villanueva
Paredes
|
gobernador
constitucional
|
1923
|
Julián Chávez
|
gobernador Interino
|
1924
|
Rodolfo
Moroña
|
gobernador Interino
|
1924
|
Pablo Retes
Zepeda
|
gobernador Interino
|
1924
|
Everardo Peña
Navarro
|
gobernador Interino
|
1925
|
Miguel
Díaz González
|
gobernador Interino
|
1925
|
Ismael Romero Gallardo
|
gobernador Interino
|
1925
|
Felipe C. Ríos
|
gobernador Interino
|
1925
|
Ricardo Velarde Osuna
|
gobernador Interino
|
1925
|
Francisco Jaime
Hernández
|
Jefe Político
|
1926–1929
|
José de la
Peña Ledón
|
gobernador
constitucional
|
1927–1928
|
Francisco Ramírez Romero
|
Jefe Político
|
1928–1929
|
Esteban
Baca Calderón
|
Jefe Político
|
1929
|
Francisco Anguiano
Ortiz
|
gobernador Interino
|
1929
|
Gustavo R. Cristo
|
gobernador Interino
|
1929
|
J. Jesús
Valdés
Sánchez
|
gobernador Interino
|
1929
|
Salvador
Trejo
|
gobernador Interino
|
1930–1933
|
Luis Castillo
Ledón
|
gobernador
constitucional
|
1931
|
Rafael
Ibarra Trujillo
|
gobernador Interino
|
1931–1933
|
Juventino
Espinoza Sánchez
|
gobernador Interino
|
1933
|
Ramón Narváez
|
gobernador Interino
|
1933
|
Gustavo B. Azcárraga
|
gobernador Interino
|
1934
|
Agustín Godínez Lomelí
|
gobernador Interino
|
1934
|
José Ibarra Valdés
|
gobernador Interino
|
1934
|
Lamberto
Luna
Plata
|
gobernador Interino
|
1934–1938
|
Francisco Parra Ortiz
|
gobernador
constitucional
|
1935
|
Tomás López Partida
|
gobernador Interino
|
1935–1937
|
Joaquín Cardoso
|
gobernador Interino
|
1937
|
Eduardo
lópez Vidrio
|
gobernador Interino
|
1938–1941
|
Juventino
Espinoza Sánchez
|
gobernador
constitucional
|
1938
|
Cuauhtémoc Ríos
Martínez
|
gobernador Interino
|
1938
|
José Luis Herrera López
|
gobernador Interino
|
1939
|
Antíoco Rodríguez
|
gobernador Interino
|
1940
|
Heriberto Parra
|
gobernador Interino
|
1942–1945
|
Candelario Miramontes Briseño
|
gobernador
constitucional
|
1945
|
Rodolfo Henríquez hernández
|
gobernador Interino
|
1946–1951
|
Gilberto Flores
Muñoz
|
gobernador
constitucional
|
1952–1957
|
José Limón Guzmán
|
gobernador
constitucional
|
1958–1963
|
Francisco García Montero
|
gobernador
constitucional
|
1964–1969
|
Julián Gascón Mercado
|
gobernador
constitucional
|
1970–1975
|
Roberto
Gómez
Reyes
|
gobernador
constitucional
|
1976–1981
|
Rogelio Flores Curiel
|
gobernador
constitucional
|
1982–1987
|
Emilio Manuel González
Parra
|
gobernador
constitucional
|
1988–1993
|
Celso Humberto Delgado
Ramírez
|
gobernador
constitucional
|
1994–1999
|
Rigoberto
Ochoa Zaragoza
|
gobernador
constitucional
|
1999–2005
|
Antonio Echevarría
Domínguez
|
gobernador
constitucional
|
2005–2011
|
Ney González Sánchez
|
gobernador
constitucional
|
2011–2017
|
Roberto
Sandoval
Castañeda
|
gobernador
constitucional
|
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